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Mié 24 Mayo - 27 Mayo, 2017

Hay un aspecto puramente formal en los procesos de globalización. Adoptar un estándar o seguir un protocolo no solo implica afiliarse a un sistema de reglas determinadas, sino también adaptarse a formas específicas. Estas formas están pensadas y medidas para poder conectarse entre sí. Son formas normativas cuya función es homogeneizar datos, materias, energías, trayectos y duraciones. El Solo Project de Andrea Canepa busca preguntarse si una forma en sí misma puede adoptar un carácter impositivo. 

A life in forms, 2017.

Serie de 10 risografías

29 x 21 cm

Los datos no son más que la materia prima que debe transformarse para convertirse en información. En algunos casos, la organización gráfica juega un papel principal en este proceso. La pieza parte de la colección de todos los formularios que una persona debe cumplimentar a lo largo de su vida para ser parte del sistema (inscripción en el registro, afiliación a la seguridad social, apertura de cuentas bancarias, etc.). Se busca recoger un reflejo documental de la existencia de la persona corriente en forma de formularios oficiales. Canepa procede a extraer los elementos gráficos, líneas y recuadros de cada formulario e imprimirlos en papel siguiendo la disposición original, pero omitiendo todo contenido textual. Las impresiones se disponen según el orden cronológico que ocupan en la vida de una persona. 

EC/TR 60083, 2017.

Cables, enchufes, lámpara

Medidas variables

La pieza IEC 60086 (2017), muestra todas las variantes de clavijas eléctricas que existen en el mundo. Esta diversidad tiene una explicación muy sencilla: en su origen las infraestructuras eléctricas se desarrollaron de manera independiente en cada país, en un momento en el que la actual globalización quedaba lejos y resultaba difícil imaginar que los dispositivos eléctricos llegarían algún día a ser portátiles. Canepa reúne un muestrario de once clavijas conectadas entre sí por cables en cuyo extremo final se enciende una luz. La electricidad viaja por todos ellos adaptándose a las distintas formas propias de cada lugar.

Tracking Number, 2014 – .

documentación de acción

En el año 2014, Canepa envió un sobre vacío de Berlín a Marsella. Allí un amigo lo metió dentro de un sobre algo más grande y lo envió a Gante. Una amiga lo recibió y lo metió de nuevo en un sobre ligeramente más grande que el anterior antes de enviarlo a Londres. La operación se repitió y el paquete fue ganando volumen. Hasta el momento ha viajado a 21 países. Con cada trayecto se genera un nuevo formulario, se producen nuevos datos destinados a controlar un contenedor vacío: información que rastrea un viaje sin ninguna finalidad. Los tiempos, los precios, el nivel de informatización del proceso de envío, cambian con cada trayecto. El paquete seguirá viajando hasta que alcance un tamaño que haga imposible que continúe su viaje, hasta que sea demasiado sospechoso para aduanas, o hasta que se pierda en alguno de sus trayectos. 

Håll dig till höger, Svensson / Auala, 2017.

Estructura de metal y parlantes

120 x 77,5 cm
El 3 de Septiembre de 1967, Suecia cambió su normativa circulatoria para pasar de conducir por el lado izquierdo de la calle a hacerlo por el derecho. El resto de países escandinavos lo hacían por el derecho y Suecia producían carros adaptados para conducir en el lado derecho, lo cual facilitaba las exportaciones. Para preparar a la población para el día del cambio, se organizó un concurso que premiaba la mejor canción que ayudara a la gente a recordar el inminente cambio de dirección. La ganadora fue Håll dig till höger, Svensson (“Pégate a la derecha”, Svensson) del grupo Telstars.  Más de cuarenta años después, la República de Samoa hizo la operación contraria. El cambio a conducir a la izquierda los alineó con las economías más importantes de su región (Australia, Nueva Zelanda y Japón). Así podían importar fácilmente carros japoneses de segunda mano (los más baratos del mundo). Hicieron el cambio el 8 de Septiembre del 2009 y, al igual que Suecia, también se escribió una canción para recordar el cambio: Auala.

 

 

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